domingo, 6 de diciembre de 2009

La educación en los tiempos de la Gripe A

Podríamos decir que este fue un año escolar atípico. Fuera de lo pautado en el calendario escolar, directivos, docentes, no docentes y alumnos estuvimos fuera de los establecimientos educativos más de lo acostumbrado. La Gripe A se instaló en nuestro país y, a modo de prevención, debimos cambiar muchas de nuestras rutinas, incluida la de asistir a clases.

Desde los Estados (nacional, provincial o municipal) se pusieron en marcha una variedad de programas, algunos con más y otros con menos éxito, para compensar las jornadas que se perdieron en todos los ámbitos educativos.

Esta situación, analizada a la luz de la necesidad de repensar el tema de la presencialidad / no presencialidad en los procesos educativos, no hace más que confirmar el largo camino que al respecto nos queda por recorrer.

La utilización de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en la educación ha contribuido, en los últimos años, a pensar y diseñar propuestas que combinan situaciones de aprendizaje presencial y no presencial que conocemos bajo el concepto de blended learning.

Estas propuestas incluyen desde la utilización de Internet para resolver cuestiones operativas/informativas hasta modelos a distancia donde todo el proceso (incluida la evaluación) se da en un entorno virtual.

Siguiendo a García Aretio, podemos sostener que la inclusión de las TIC, en especial Interrnet, puede contribuir a complementar las ventajas del aprendizaje presencial con el no presencial, del aprendizaje autónomo con el colaborativo; a compensar la comunicación vertical con la horizontal, lo sincrónico con lo diferido, lo individual con lo grupal; a adecuar los procesos de enseñanza y aprendizaje a cada situación concreta.

Ahora bien, como ya hemos sostenido en otras oportunidades una propuesta de este tipo debe sostenerse en una conciente planificación que justifique dicha elección y sobre todo acompañe los principios y las metas fijadas.

Si bien todavía el desarrollo del e-learning es incipiente, lo cierto es que la incorporación creciente y vertiginosa de las TIC en todos los ámbitos de la vida nos hacen suponer que éste será un tema de preocupación cada vez más importante y urgente en la educación.

Javier Echeverría en su trabajo monográfico “Educación y tecnologías telemáticas” nos dice que “además de aplicar las nuevas tecnologías a la educación, hay que diseñar ante todo nuevos escenarios educativos donde los estudiantes puedan aprender a moverse e intervenir en el nuevo espacio telemático. El acceso universal a esos escenarios y la capacitación para utilizar competentemente las nuevas tecnologías se convierten en dos nuevas exigencias emanadas del derecho a que cualquier ser humano reciba una educación adecuada al mundo en el que vive”.

El sostiene que las TIC posibilitan la creación de un nuevo espacio social para las interrelaciones humanas que denomina tercer entorno (E3), distinguiéndolo así de los entornos naturales (E1) y urbanos (E2), que posee una estructura propia, reticular, representacional, distal, multicrónica, sin recintos espaciales, apta para la información, la comunicación, la interacción, el entretenimiento y la expresión.

Por eso, afirma que “lo más urgente es aprender a intervenir en el tercer entorno, más que a buscar información. De ahí que haya que preguntarse cómo se pueden desarrollar los seres humanos en el entorno telemático, en lugar de prestar atención exclusiva a los nuevos artefactos tecnológicos, y cómo usarlos eficientemente”. El nuevo entorno requiere nuevas competencias, nuevos saberes, habilidades, destrezas y actitudes.

En este sentido, manifiesta que en primer lugar hay que realizar una enorme labor de formación de agentes educativos y comenzar a crear materiales apropiados para llevar adelante la tarea educativa. Esto representa un desafío crucial al que ya nos hemos referido (en otros artículos de este blog) y que implica superar muchos supuestos, modelos y mitos muy arraigados todavía en los ámbitos educacionales.

De todos modos, Echeverría insiste en que “se trata de expandir la escuela al tercer entorno, no de eliminar la escuela actual”. De hecho, el nuevo espacio (E3) no sustituye a los otros (E1 y 2), se superpone, se entrelaza con ellos. Claro que si sostenemos, como lo hace dicho autor, que “el modo en que se desarrollen los procesos educativos en el espacio electrónico incidirá profundamente en el tipo de sociedad de la información que vayamos a tener”, debemos saber que las decisiones que tomemos en el ámbito educativo serán claves para otros ámbitos.

Quizás, si la Gripe A nos hubiera sorprendido con estas cuestiones más avanzadas y resueltas no deberíamos haber evaluado las circunstancias en términos de pérdida. Quizás habríamos asumido la contingencia en el marco de un escenario educativo que integre presencialidad y distancia en pos de una formación adecuada al mundo en que vivimos.

Referencias bibliográficas

MÓDULO: ENSEÑAR Y APRENDER EN REDES, Diplomatura en Educación y Nuevas Tecnologías 2009, FLACSO Argentina (Sesiones 1, 2 y 3).

ECHEVERRÍA, Javier (2000). "Educación y tecnologías telemáticas", en Revista Iberoamericana de Educación Número 24, Septiembre / Diciembre 2000, OEI Ediciones.

GARCÍA ARETIO, L. (2004) Blended Learning, en Boletín Electrónico de Noticias de Educación a Distancia (BENED).

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