lunes, 10 de agosto de 2009

Nuevas TIC. La formación de docentes es una materia pendiente

La idea de incorporar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación a los procesos educativos suele ser muy tentadora pero frustrante en algunos casos. Tengo la sensación que, sobre todo en las escuelas, el optimismo puede transformase rápidamente en desilusión cuando un docente observa que aquello que había planeado no resultó tal cual lo pensó. Podríamos decir que este tipo de experiencia valdría para cualquier tecnología que utilicemos como recurso didáctico. Y es así porque, en cualquier caso, son los supuestos pedagógicos los que guían la inclusión de recursos tecnológicos en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Cuando un docente planifica o programa se apoya en ciertos presupuestos teóricos, prácticos y axiológicos que lo ayudan a determinar qué contenidos enseñará, para qué, cómo los organizará, los abordará y los evaluará.

Al respecto, me interesa aquí reflexionar sobre las nuevas herramientas tecnológicas, es decir sobre la inclusión de las TIC en la enseñanza, en especial dentro de las escuelas.

Creo que es necesario destacar, en primer lugar, que las TIC son parte de la realidad de los jóvenes. Cada vez más, niños y adolescentes, han ido incorporando distintos aparatos tecnológicos a sus prácticas cotidianas y configurando a partir de ellos su propia identidad, la forma de relacionarse con otros y el modo de acercarse al conocimiento. La escuela, por su parte, reconoce esto pero ha respondido de diferentes maneras. Por un lado, están quienes sostienen que la escuela debe resistir a esta nueva realidad, y por otro, quienes con más esperanza han visto en ella una nueva oportunidad.

Más allá de la postura que se adopte, lo cierto es que la integración de las tecnologías en la educación está colmada de impedimentos. Área Moreira (2002) sistematiza una serie de condiciones que no favorecen y generan resistencia para la inclusión de las tecnologías en los procesos educativos:
“a) persistencia de un modelo de institución escolar que fue creada en el siglo XIX para responder a las necesidades de las incipientes sociedades industriales.
b) el curriculum está organizado siguiendo el modelo ilustrado de la cultura del siglo XVIII (es decir, compartimentalizado y secuenciado en materias o disciplinas científicas en orden creciente de dificultad).
c) desarrollo deficitario de la infraestructura y recursos tecnológicos en las aulas y centros educativo debido a las limitadas inversiones económicas.
d) ausencia de conocimientos y destrezas tanto tecnológicas como pedagógicas para que el profesorado pueda planificar, desarrollar y evaluar actividades educativas apoyadas en tecnologías no impresas.
e) vigencia en las actividades y prácticas del aula de los modelos tradicionales de enseñanza que priman la transmisión y recepción del conocimiento y de un modelo cultural libresco, decimonónico, y en consecuencia, de la generalización limitada de modelos de aprendizaje orientadas a desarrollar nuevas competencias y habilidades necesarias para la alfabetización digital”.

Estas condiciones desfavorables alimentan algunos mitos y se traducen en frustraciones cuando no se cumplen las expectativas que genera la incorporación de las tecnologías tal como explica Rosenberg (2001) al referirse a los “ciclos de fracaso” que terminan produciendo el paradójico efecto de reforzar los viejos modelos educativos que se pretende transformar.

Uno de los mitos “construidos por los mismos actores educativos para preservarse de la inclusión de la informática en sus prácticas escolares” o “porque la tecnología les era lejana a sus propias prácticas”, es que respecto a las TIC los alumnos saben más que los docentes. (Susana Muraro, 2005)

Si bien puede ser válido pensar que este sentimiento de indefensión puede ocultar cierta comodidad con lo instituido, también es cierto que muchos docentes, quizás la mayoría, no cuentan con la formación necesaria para incorporar las nuevas tecnologías a sus prácticas. La cuestión central es cómo incluirlas, es decir, contar con los conocimientos necesarios que permitan definir para qué y por qué el uso de ellas aportará un valor agregado a lo que se enseña y se aprende.

En este sentido, podemos citar a Marchesi, A. y otros autores (2003) que consideran que se han atribuido numerosas ventajas a las TIC como instrumentos de mejora de los aprendizajes de los alumnos, entre ellas crear contextos de aprendizajes que abren nuevas posibilidades de información y comunicación; promover la interactividad; transformar nociones abstractas en modelos figurativos a partir de los programas informáticos; aproximar el entorno escolar a otros entornos de los alumnos facilitando la transferencia de aprendizajes de unos contextos a otros; y ampliar las relaciones de alumnos y profesores con sus pares, superando hasta las distancias físicas.

Por su parte, Salomon, Perkins y Globerson (1992) introducen el concepto de “residuo cognitivo transferible” para describir los efectos de la interacción de las personas con las tecnologías. Sostienen que dicha colaboración, dota a las personas “de habilidades, y de estrategias del pensamiento que reorganizan y aumentan su rendimiento, incluso cuando estén apartadas de la tecnología en cuestión.” En tanto, David Jonassen (1996) propone aprender con las computadoras en tanto pueden constituirse en “socias intelectuales” que mejoran la capacidad de reflexión y facilitan la construcción del conocimiento.

Ahora bien, como destacan Marchesi y otros, estas ventajas son posibles en tanto y en cuanto exista un modelo o proyecto pedagógico que soporte estas posibilidades; serán aprovechadas en la medida que los docentes sean capaces de planificar y programar la incorporación de las TIC en el desarrollo de contenidos a partir de sus propios saberes y habilidades respecto a ellas. Los docentes deben estar preparados para asumir este desafío. Un desafío que es tanto individual como social.


Referencias bibliográficas

MÓDULO: ENSEÑAR Y APRENDER CON TECNOLOGIAS, Diplomatura en Educación y Nuevas Tecnologías 2009, FLACSO Argentina (Sesiones 1, 2, 3 y 4).

AREA MOREIRA M. (2002 ) “ La integración escolar de las nuevas tecnologías. Entre deseo y realidad”, en: Revista Organización y gestión educativa, N° 6, noviembre–diciembre, pp. 14-18. Disponible en: URL: http://webpages.ull.es/users/manarea/Documentos/integracion.pdf

JONASSEN, D. H. (1996) Learning from, learning about, and learning with computing: a rationale for mindtools. Computer in the classroom: mindtools for critical thinking. (pp.3-22) Englewood Cliffs, New Jersey : Merrill Prentice

MARCHESI, A. y MARTIN, E (2003) Tecnología y Aprendizaje. Madrid: Editorial SM. Disponible en: URL: http://www.piloto.librosvivos.net/ Cap. 1.

MURARO, S. (2005) Una introducción a la informática en el aula. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

SALOMON, G., PERKINS, D. Y GLOBERSON, T. (1992), “Coparticipando en el conocimiento: la ampliación de la inteligencia humana con las tecnologías inteligentes”, en Revista CL&E Comunicación, lenguaje y educación Nº 13:6-22.

La web 2.0 y el desafío de formar ciudadanos digitales

Es indudable que cada vez más las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, en especial Internet, se integran a nuestras rutinas y actividades diarias de manera tan “natural” que pocas veces nos dan o nos damos la oportunidad de reflexionar sobre la utilización que hacemos de ellas en distintos ámbitos laborales, educativos y sociales.

La aparición de cada nuevo medio de comunicación en el transcurso de la historia dio origen a planteos y análisis, entre otros aspectos, respecto a quien decide, controla, administra sus contenidos. Ahora bien, la lectura de las distintas sesiones del módulo BASES Y ACTUALIZACIONES EN TECNOLOGÍAS APLICADAS me llevó a pensar que respecto a Internet el tema en cuestión ya no es quien produce el contenido sino quién y cómo se dispone de ese contenido.

El paso de la primera web a su versión 2.0 amplió la cantidad de aplicaciones que permiten y facilitan la libre expresión de los usuarios y su interacción. Quienes utilizan la red cuentan con la posibilidad de pasar de ser simples consumidores de la información que allí circula a activos productores de sus propios contenidos en forma individual o grupal. El crecimiento explosivo de los weblogs, la aparición de las wikis y algunos sistemas de gestión de la información como los lectores de RSS, posicionadores de noticias, marcadores sociales, la utilización masiva de las redes sociales, son los ejemplos más claros de lo que está sucediendo en este ámbito tecnológico.

Esta nueva modalidad de uso de la web ha traído consigo algunas observaciones respecto a qué hay detrás de las opciones que ofrece, en especial de algunas herramientas de trabajo colaborativo y las redes sociales.

Al respecto, Piscitelli cuestiona que en algunos casos la gente termina siendo utilizada por las herramientas en lugar de que las personas las usen. De hecho, existen varios planteos que cuestionan las potencialidades de la actual Internet tales como la falta de criterios de autoridad de lo que se publica y circula en ciertos espacios principalmente de construcción grupal; la pérdida de dominio y control de lo que se publica; la utilización que se realiza o podría realizarse de la información personal que queda registrada de cada intervención de los usuarios en la red; la concentración de la propiedad de los sitios más visitados; la mercantilización del desarrollo del software y hardware.

Dichos planteos suponen reflexiones que superan la instancia individual para convertirse en temas de relevancia social. Rheingold sugiere que Internet puede ser concebido como un “bien público”, es decir como un recurso del que todos pueden beneficiarse, lo hayan creado o no.

Como todo bien público, su administración tiene implicancias políticas, sociales, filosóficas y éticas. Los movimientos que alientan el desarrollo y uso del software libre, las estrategias planteadas respecto a la propiedad y preservación de la información (copyleft, creative commons, el XML), así como la búsqueda de una protección legal para una Internet libre y gratuita (“net neutrality”) son algunas de las acciones que intentan preservar la red de quienes pretenden utilizar ese recurso en beneficio propio.

Así como el ideal democrático de cualquier sociedad supone la participación de ciudadanos responsables y comprometidos, que conozcan y pongan en ejercicio sus derechos y obligaciones, el ideal funcionamiento de Internet supone un “ciudadano digital” que no sólo conozca el manejo de las herramientas tecnológicas sino pueda moverse en el marco de una igualdad de oportunidades, con responsabilidad y conciencia social.

Si suponemos que ser buen ciudadano se aprende, deberemos incluir estas reflexiones cada vez que decidamos integrar estas herramientas tecnológicas a nuestros proyectos pedagógicos, es más, deberíamos plantearnos esto como un desafío educativo que atraviese todos los ámbitos donde estas nuevas tecnologías estén insertas.


Referencias bibliográficas

MÓDULO: BASES Y ACTUALIZACIONES EN TECNOLOGÍAS APLICADAS, Diplomatura en Educación y Nuevas Tecnologías 2009, FLACSO Argentina (Sesiones 1, 2, 3 y 4).

RHEINGOLD, H (2004), Multitudes Inteligentes, Gedisa, Barcelona.